25 de junio de 2015

La importancia de saber decir NO

En ocasiones pretendemos quedar bien con todo el mundo y la mayoría de las veces eso no es posible, o lo que es peor, implica quedar mal con nosotros mismos. 

Ir a tomar algo con nuestros amigos cuando lo que nos apetece es quedarnos en casa descansando, salir más tarde del trabajo para acomodarnos a los horarios de otros compañeros que han llegado después que nosotros o comprometernos con nuevos proyectos cuando todavía no hemos terminado los que tenemos entre manos, son algunas de las situaciones que pueden darse en nuestra vida cotidiana y que nos llevan a decir SÍ cuando realmente queremos decir NO.

Los continuos compromisos sociales pueden llegar a ser extenuantes y la costumbre de dedicar al trabajo más horas de las necesarias terminará por agotarnos, por no hablar de los quebraderos de cabeza que nos traerá aceptar planes que sabemos que no podemos permitirnos económicamente. Cuando nos comprometemos en exceso y sobrecargamos nuestras agendas, nos estamos privando de tiempo para desarrollarnos como personas y eso nos impide ofrecer al resto del mundo la  mejor versión de nosotros mismos.

He aquí algunos consejos para empezar a acostumbrarnos a incluir la palabra NO en nuestro vocabulario:

  • Si hemos quedado con alguien que nos importa haremos todo lo posible para no cancelar esa cita. ¿Por qué no hacer lo mismo cuando tenemos un compromiso con nosotros mismos?. Seamos más respetuosos con el tiempo que dedicamos a las cosas que nos gustan y que son buenas para nosotros. Nuestro bienestar es tan importante o incluso más que el de las personas que nos rodean.
  • No temamos declinar aquellas propuestas que no nos convenzan o que a la larga sepamos que no nos convienen, por temor a perdernos el acontecimiento de nuestras vidas. No nos estamos perdiendo nada, de hecho lo que estamos haciendo es dar espacio a lo que verdaderamente importa: NOSOTROS MISMOS. Confiemos en que lo que tenga que ser y lo que tengamos que vivir aparecerá en nuestro camino en el momento exacto, solo necesitamos estar atentos para que no pase de largo.
  • Seamos sinceros y rechacemos amablemente aquello que no nos interese, agradeciendo siempre que hayan contado con nosotros. No necesitamos mentir o poner excusas, podemos ser honestos y dar a la otra persona la posibilidad de serlo también con nosotros.

Como cualquier cosa en la vida, esta actitud también requiere de práctica y tiempo para aprender a escuchar a nuestro yo interno y no dejarnos arrastrar por la necesidad de complacer a los demás.


2 comentarios:

  1. No saber decir no, ¡qué problema más habitual! Gracias por el artículo. Te dejo una pregunta, por si te sirve... "Cuando dices sí, habiendo querido decir no, ¿a quién estás diciendo no?".

    ResponderEliminar
  2. Gracias a ti por la reflexión, Alejandro.
    Cuando decimos Sí habiendo querido decir No, nos estamos negando a nosotros mismos.
    Aprender a decir No es el primer paso y el más importante, pero el siguiente es hacerlo sin tener que justificarnos.

    ResponderEliminar

Muchas gracias por participar en este blog