2 de abril de 2015

Celebrar nuestros logros

En ocasiones, para no herir los sentimientos de los demás podemos llegar a ocultar los nuestros. Somos capaces de no mostrar nuestra alegría al conseguir un éxito en el ámbito profesional o personal, para evitar que otros puedan molestarse por haberlo alcanzado antes que ellos. De la misma forma podemos ocultar nuestros sentimientos de tristeza o miedo, para no cargar con nuestros problemas a los demás. Desde pequeños hemos aprendido a preocuparnos por los sentimientos y las necesidades de los que nos rodean y no siempre nos dijeron que también debíamos cuidar de los nuestros.

Tanto en casa como en el colegio nos enseñaron que no estaba bien decir, o incluso pensar, que éramos más inteligentes, más altos, más divertidos o más populares que nuestros compañeros o amigos. Tampoco estaba bien hablar de las cosas que conseguíamos porque alguien menos capaz que nosotros podía sentirse mal por ello. A veces se nos podía recomendar incluso ocultarlas o quitarles importancia.

Si hemos arrastrado esta actitud de modestia o humildad mal entendida hasta que somos adultos, nuestra autoestima ha podido verse afectada, llegándonos a creer que somos menos capaces de lo que somos realmente.

Por eso no hay nada malo en felicitarnos por alcanzar nuestras metas, todo lo contrario. Celebrar nuestros logros nos animará y aumentaremos la confianza en nosotros mismos. No tenemos por qué ocultar o disimular nuestras cualidades ni restar importancia a las cosas que conseguimos. Para crecer como personas debemos tomar conciencia de nuestros puntos fuertes, así como de los aspectos que necesitamos mejorar, pero es muy sano también que nos felicitemos por todo aquello que vamos consiguiendo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por participar en este blog