Si durante un tiempo prolongado vivimos situaciones de crisis, desdicha, incertidumbre, preocupación o ansiedad, nos podemos llegar a familiarizar tanto con los sentimientos que estos problemas generan que de forma inconsciente lleguemos a sentirnos cómodos con ellos. Nos volvemos, en cierta medida, adictos al drama.
Una vez que tomamos conciencia de nuestros apegos, conseguimos separarnos de aquello que nos lastima y comenzamos a ocuparnos de nuestra propia vida, podemos llegar a echar de menos la montaña rusa en la que estábamos subidos.
Es normal que al principio nos parezca algo insulso no tener que preocuparnos por las acciones o comentarios de los demás, dejar de tomar responsabilidades que no son nuestras y centrarnos solo en lo que depende de nosotros mismos, que es lo único sobre lo que tenemos control.
Estábamos tan habituados al conflicto y a la excitación que este conlleva, que cuando por fin logramos tener una vida tranquila nos parece que nos falta algo, que nos aburrimos. Esto no quiere decir que no estemos en el camino correcto. A medida que desarrollemos nuestras vidas, que fijemos nuestras metas y encontremos cosas que nos interesen, empezaremos a sentirnos cómodos con el sentimiento de paz y tranquilidad y nos desacostumbraremos al caos y al drama.
Muchas gracias por el post, me he visto muy reflejada, es verdad, que después la vida parece "aburrida" pero supongo que será cuestión de atravesar también esta etapa. El vacío que aparece cuando dejamos la adicción es un vacío fértil que con paciencia se llenará de ilusión, proyectos y emociones gratificantes. De nuevo, la paciencia es la clave.
ResponderEliminarEfectivamente, Amanda. Tenemos que liberarnos primero de todos aquellos sentimientos y patrones negativos en los que estábamos enganchados para dejar hueco a los nuevos proyectos y retos que irán apareciendo en nuestra vida.
ResponderEliminarGracias a ti por tu participación en el blog!
A mí lo que me hubiera servido en mi recuperación bastante es que alguien me explicara desde su experiencia "lo que te espera" y así aceptarlo y ver que no es para siempre. Por ejemplo, primero pasar el síndrome de abstinencia que crees que no va a acabar nunca, después el vacío... que te impulsa a volver a lo de antes para llenarlo porque no quieres sentirlo..., el dolor que sale cuando empiezas a dejar de darte el chute del "hombre tóxico"...
ResponderEliminarQué tal un post sobre lo que nos espera cuando rompemos una relación de dependencia emocional ya sea porque dejamos o nos dejan?
Una de las razones por las que me he animado a crear este blog es precisamente para compartir mis experiencias y que puedan ayudar a otras personas que pasen por situaciones similares y por supuesto para aprender yo también a través de lo que queráis compartir aquí.
ResponderEliminarLa forma en que cada uno vive una ruptura puede variar en función de su carácter, de sus circunstancias personales en ese momento, de las características y duración de la relación y de otros muchos factores, pero es cierto que existen unas fases del duelo y no viene mal conocerlas para poder identificarlas y saber que todo lo que sentimos forma parte de nuestro proceso de recuperación.
Trataré de escribir un post que recoja los síntomas típicos en cada una de las fases.
Muchas gracias por tu comentario.