29 de marzo de 2015

Intercambio de papeles

A lo largo de nuestra vida todos tenemos asignados unos roles. Cuando somos niños nuestro papel es el de ser hijos de nuestros padres, hermanos de nuestros hermanos y amigos de nuestros amigos. Si hemos tenido una infancia que nos haya permitido desempeñar estas funciones de forma adecuada estaremos listos para asumir los roles de la edad adulta, que fundamentalmente son el de pareja sentimental y el de padres. 

Si por el contrario, lo que hemos vivido de niños no nos ha dejado representar los papeles que teníamos asignados y hemos asumido funciones que no eran las nuestras, es posible que nuestro inconsciente siga anhelando aquello que no tuvimos y tendamos a buscarlo en las relaciones que vamos estableciendo cuando somos adultos. Así podemos encontrarnos en relaciones de pareja disfuncionales donde lo que buscamos es la figura del progenitor que faltó en nuestra casa o incluso podemos llegar a asumir nosotros el rol de padre o madre con nuestra pareja. Da igual el intercambio de papeles que se haga, pero en ningún caso podrá ser una relación sana si cada uno no se ciñe al papel que tiene asignado en cada tipo de relación y en cada momento. Si ejercemos de padres de nuestras parejas no podremos ser padres de nuestros hijos cuando los tengamos y tampoco dejaremos a nuestros hijos comportarse como tales. Seguiremos alimentando la disfuncionalidad. 

Tomar conciencia de esto es fundamental para detener estos patrones y poder establecer relaciones saludables que nos permitan representar el papel que tenemos asignado en cada momento de nuestras vidas.

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