10 de septiembre de 2015

No control

Dejar que las cosas sucedan y aceptar que no tenemos control sobre ellas es algo que todos deberíamos proponernos para vivir más felices, con menos preocupaciones y más centrados en nuestra realidad, en nuestro presente. Aprender a soltar lo que no nos pertenece, a dejar ir a quien no quiere quedarse y a confiar en que todo sucede por alguna razón, aunque ahora mismo no seamos capaces de entenderla.

Valorar y agradecer todo lo que tenemos, cuidar nuestra relación con las personas que nos quieren y aceptarnos con nuestras capacidades y limitaciones es mucho más saludable que pensar en lo que no tenemos, obsesionarnos con quien no quiere estar a nuestro lado o atormentarnos con todos nuestros fallos y defectos.

Querer controlarlo todo produce un desgaste enorme en nuestras mentes y por mucho que lo intentemos nunca podremos hacerlo, por lo que es un esfuerzo inútil del que no obtendremos fruto. No se trata de vivir despreocupados de todo, sino de ocuparnos (no preocuparnos) por las cosas que sí están en nuestra mano y podemos cambiar.

Aprovechemos cada momento siendo conscientes de que no sabemos y tampoco podemos controlar cuánto tiempo vamos a disfrutar de este regalo maravilloso que es vivir.


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