21 de septiembre de 2015

Gaslight

El término Gaslight / Luz de Gas se utiliza en psicología para denominar un tipo de abuso psicológico  que consiste en hacer dudar a la víctima de su propia memoria, percepción y/o cordura. Está basado en la película estadounidense del mismo nombre, dirigida por George Cukor en el año 1.944.

La cinta cuenta la historia de una hermosa mujer que se enamora de un famoso pianista y abandona todo para casarse con él. El marido poco a poco va aislándola de su entorno, alegando que su mujer esta enferma (realmente ella no lo está) y que por ese motivo no debe salir a la calle. Los continuos halagos y muestras de cariño iniciales se van transformando en situaciones en los que él le hará dudar de su memoria, llegando a esconder objetos o a cambiarlos de lugar para desconcertarla. El pianista desacreditará a su esposa delante de las empleadas del servicio doméstico e incluso flirteará con una de ellas sin importarle que su mujer esté delante, recriminándole después que todo son imaginaciones suyas. Estos episodios se repiten frecuentemente y ella se siente cada vez más débil y temerosa de su marido, ya que en varias ocasiones él reaccionará de forma violenta.

La película muestra el proceso que atraviesa la persona sometida a este tipo de abuso, sintiendo que está perdiendo todas sus facultades porque así se lo hace ver el abusador. En este caso su objetivo era conseguir unas joyas que estaban escondidas en el ático de la casa donde vivían, pero puede haber Gaslighting sin otra finalidad que el maltrato en sí mismo: el maltratador disfruta viendo como la víctima va haciéndose cada vez más vulnerable y queda doblegada a su voluntad, ya que él será su única conexión con la realidad (la víctima llega a creer que su percepción de la realidad está alterada y únicamente se fía de lo que le muestra el abusador).

Algunos signos de que estamos sufriendo Luz de Gas son los siguientes:
  1. Si estamos en una relación que no nos hace felices pensaremos que somos demasiado sensibles y que el problema está en nosotros.
  2. Continuamente estamos pidiendo disculpas, incluso por cosas que no hemos hecho.
  3. Buscamos excusas para justificar el comportamiento de nuestra pareja ante familiares y amigos. A menudo les ocultamos información para no tener que dar tantas explicaciones.
  4. Sabemos que hay algo que no funciona, pero no podemos expresar qué es, ni siquiera a nosotros mismos.
  5. Nos cuesta tomar decisiones por temor a la reacción de nuestra pareja.
  6. Tenemos la sensación de vivir en un estrés continuo.
  7. Estamos tristes.
  8. Sentimos que todo lo hacemos mal.
La víctima no logra salir de este bucle hasta que alguien le demuestra que no está loca y que lo que está viendo, oyendo o sintiendo es real. En la película, es un policía quien convence a la protagonista de que su marido la está utilizando para robar sus joyas. Una vez que ella recobra la confianza en sí misma es cuando puede enfrentar al abusador.

Cuando sospechemos que podemos estar en una relación de este tipo y no tengamos fuerza para abandonarla, lo mejor es que lo compartamos con alguien de confianza que nos ayude a reflexionar y recuperar la conexión con la realidad. Sin duda es la forma más efectiva de salir de ese infierno.



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