12 de mayo de 2015

Perdón

Saber perdonar es algo que nos hace grandes, pero solo podemos perdonar a los demás si nos hemos perdonado antes a nosotros mismos. Cuando tomamos conciencia de nuestras limitaciones y las aceptamos, nos es más fácil comprender y aceptar también las de los que nos rodean. 

El problema viene cuando perdonamos repetidamente a las mismas personas. Escuchamos promesas, creemos en mentiras y esperamos cambios que nunca llegan, y mientras tanto sufrimos. Perdonar a alguien no significa que tengamos que dejar que siga lastimándonos. Es importante que sepamos reconocer cuándo necesitamos dar un paso atrás para que él o ella no puedan hacernos más daño.

Tampoco podemos perdonar a quien no nos pide disculpas. Si alguien nos ha hecho sentir mal por algo, es nuestra responsabilidad hacérselo saber, pero será una decisión suya disculparse o no. En caso de que no nos pidan perdón por algo que nos ha ofendido, no tenemos que fingir, estamos dolidos por ello y no debemos disimularlo. De lo contrario, la otra persona recibirá el mensaje de que no pasa nada y no se replanteará su comportamiento, al no ver ninguna consecuencia del mismo.

Por último, el perdón vendrá a su debido tiempo. No nos sintamos obligados con nadie, somos nosotros los que debemos sentir cuándo es el momento, aunque perdonar a alguien de corazón nos libera y nos ayuda a seguir adelante. De lo contrario, el rencor y el odio se enquistarán dentro de nosotros y no nos permitirán seguir creciendo, por lo que es mejor liberarnos de esos sentimientos negativos cuanto antes.




2 comentarios:

  1. Perdonar es un acto de amor hacia nosotros mismos porque nos libera del pasado y nos empuja hacía nuestro destino. Perdonar no significa que tengamos que quedarnos al lado de esa persona ni siquiera es necesario esperar a que nos pida perdón porque puede que esa petición no llegue nunca.
    Perdonar es una acto unilateral, es más hermoso cuando se comparte, pero no imprescindible. Perdonar es soltar, aceptar el pasado y transformar el rencor y el resentimiento por compasión y AMOR.
    A través del perdón la relación se transforma o se diluye pero en cualquiera de los dos casos maduramos y ascendemos un peldaño en nuestra evolución vital.
    Un abrazo.

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  2. Tienes toda la razón y es precioso lo que dices, Amanda.

    Es mucho más fácil soltar todos esos sentimientos negativos si enfocamos el perdón como un acto unilateral que solo depende de nosotros y no de que la persona que nos ha ofendido se disculpe o no. De lo contrario corremos el riesgo de quedarnos atascados esperando una disculpa que, tal y como dices, puede no llegar nunca.

    Muchas gracias por tus comentarios, me encantan todas las aportaciones que haces a este blog!

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