22 de marzo de 2016

El miedo a ser juzgados

En determinadas ocasiones podemos comportarnos de una forma que no refleje lo que somos realmente, aparentando lo que creemos que será aceptado más fácilmente por las personas que nos rodean y tratando de ocultar aquellos aspectos de nuestra vida que pensamos que van a ser juzgados.

Con esta actitud conseguiremos evitar el juicio en cierta medida, pero en contrapartida nos estaremos abandonando a nosotros mismos. En cualquier caso, nuestro comportamiento será objeto de opinión igualmente, ya que los seres humanos tendemos a emitir juicios (muchas veces de forma inconsciente) para llegar a conclusiones sobre lo que es admisible y lo que no lo es en nuestras relaciones con los demás. En este sentido, es muy difícil que ese dictamen se ajuste a la realidad si el temor a no gustar nos lleva a comportarnos de un modo que no ponga de manifiesto nuestros valores. 

Si nos definimos como personas fieles, honestas y trabajadoras deberíamos serlo en todos los ámbitos de nuestra vida, no manejar unas normas diferentes en función de la situación o del entorno en que nos movamos. Podremos ver la importancia real que otorgamos a nuestros valores cuando estemos junto a personas que no los compartan y aun así sigamos defendiéndolos, aun cuando exista el miedo a ser rechazados. Si realmente son fundamentales para nosotros nos daremos cuenta de que necesitamos vivir de acuerdo a ellos sin importar lo que los demás piensen, porque si no lo hacemos seremos nosotros mismos quienes nos juzgaremos de forma negativa.

Una cuestión de respeto básica que nos permitirá vivir en paz es no juzgarnos por no ser como los demás ni juzgarles a ellos por no ser como nosotros.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Muchas gracias por participar en este blog