3 de agosto de 2015

Equilibrio en la balanza

Todos somos libres para iniciar relaciones con quien se nos antoje, pero de igual forma podemos terminarlas cuando queramos, sin tener que dar demasiadas explicaciones. Basta con que seamos honestos con la otra persona y le hagamos saber que no somos felices a su lado. No sentirnos a gusto es motivo más que suficiente para poner fin a una relación.

Obviamente, en cualquier relación habrá buenos momentos y otros que no lo serán tanto, y tendremos que decidir hasta qué punto nos compensa pasar algunos momentos desagradables por el resto de cosas positivas que nos aporte estar con esa persona. La balanza debe estar equilibrada, o mejor aun inclinada hacia el lado de las cosas buenas.

Si después de analizar los pros y los contras, hemos decidido que es el momento de poner punto y final debemos mantenernos firmes en nuestra decisión, siempre que esta haya sido analizada y sopesada convenientemente. No podemos hacernos responsables por los sentimientos de la otra persona, ya que eso nos haría permanecer junto a ella por miedo, pena y/o culpabilidad, factores que en ningún caso son compatibles con una relación sana.

Es muy doloroso distanciarnos de alguien con quien hemos compartido nuestra vida, pero debemos pensar que es lo mejor para nuestro bienestar y que todo el dolor que ahora sentimos pasará. Lo maravilloso es que después de algún tiempo, podremos ver al otro tal y como es, sin tener que maquillar la realidad porque ya no habrá necesidad de justificar nada. Nos daremos cuenta de que estamos mucho mejor sin esa persona en nuestra vida, pese al cariño que podamos seguir sintiendo por ella.


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