El miedo es una respuesta emocional a algo que percibimos como una amenaza. Esta amenaza puede no ser real, pero nosotros la sentimos así y nos genera el mismo desasosiego que si lo fuera. Como cualquier emoción, el miedo surge de forma instintiva y automática. Generalmente nos paraliza, por lo que es fundamental que aprendamos a diferenciar las amenazas reales de las que no lo son para evitar que, especialmente estas últimas, nos impidan actuar, tomar una decisión o enfrentar cualquier situación que se nos pueda plantear en la vida.
Algunos de los ejemplos más típicos:
- Miedo al abandono, al rechazo, a ser engañados.
- Miedo al estancamiento y a la rutina.
- Miedo a la soledad.
- Miedo a tener que ocuparnos de nuestra propia vida y a ser responsables de nuestra felicidad.
- Miedo al fracaso o al éxito, a no saber hacer algo o a hacerlo mal.
- Miedo a la frustración, a no cumplir nuestros sueños.
- Miedo a tomar decisiones inadecuadas, a ser incompetentes o a parecer estúpidos ante los demás.
- Miedo a las relaciones personales y al compromiso.
- Miedo a intentar cosas nuevas, al cambio y a lo desconocido.
- Miedo a no tener el control sobre lo que los demás hagan y piensen.
- Miedo a no saber defender nuestros intereses y al conflicto que se puede generar si lo hacemos.
- Miedo a llevar la contraria.
- Miedo a la desaprobación.
- Miedo a expresar nuestros sentimientos, a cómo nos van a percibir los demás.
- Miedo a expresar nuestra sexualidad de forma adecuada.
- Miedo a dejar que alguien nos conozca realmente, a ser honestos y a confiar en los demás.
- Miedo a mostrarnos vulnerables.
- Miedo a no saber poner límites.
- Miedo a perder nuestra identidad e independencia al entablar una relación. Miedo a sentirnos atrapados.
- Miedo a necesitar validación externa para sentirnos bien.
- Miedo a la pobreza, a la enfermedad, al dolor, a la muerte.
- Miedo a no ser escuchados, a no sentirnos valorados y respetados.
- Miedo a la verdad.
- Miedo a no ser aceptados tal y como somos.
Son muchas las circunstancias ante las que podemos sentir miedo y es bueno identificarlas para analizar si verdaderamente tienen fundamento o se basan en suposiciones que llevamos haciendo durante gran parte de nuestra vida y que asumimos como verdades sin serlo.
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